bueno,para Fernan, es como una maleta que anda en busca de dueño, ya ves que es como un escenario aunque viajar en compañía es lo mejor;¿te vienes? ¿a que a estas alturas de trimestre ya dan ganas pistolica y clares?Ojalá surja , aunque sea con poco dinero porque me temo que dentro son bragas y algo más lo que vamos a llevar.Nada de grandes capitales ¡la´tima! Adjudicada para Lucía, la más atrevida. Beszos a todos.
Las mañanas y las tardes eran demasiado largas sin ella, demasiado llenas de ruidos que nunca decían nada. Había venido la lluvia empapándolo todo: las calles, las aceras y aquel rincón que sólo ella conocía. Porque a sólo ella, le abrió los recovecos de la soledad, para que los inundara con su luz. Se dio cuenta que sin ella, nada era suyo… Aquella maleta estaba llena de los olores, que hasta aquel día habían sido su casa. Al cerrarla se le cayeron dentro trocitos secos del corazón. Quiso entregársela, lo intentó. Pero la dejó en aquella ráfaga de sol…para ver si florecía de nuevo.
jajajaaj
ResponderEliminarqué bueno
y què ganas de viajar daaaaa
COn esa bien apretadica de billetes, yo no me llevo ni bragas
chin!
Queeeé laaaaaástima me da esa maleta... pero más me doy yo que no puedo agarrarla y salir corriendo... ¿O sí?
ResponderEliminarMe la quedo ya
ResponderEliminar¿Por qué tres maletas si sólo tenemos dos manos?
ResponderEliminarbueno,para Fernan, es como una maleta que anda en busca de dueño, ya ves que es como un escenario aunque viajar en compañía es lo mejor;¿te vienes?
ResponderEliminar¿a que a estas alturas de trimestre ya dan ganas pistolica y clares?Ojalá surja , aunque sea con poco dinero porque me temo que dentro son bragas y algo más lo que vamos a llevar.Nada de grandes capitales ¡la´tima!
Adjudicada para Lucía, la más atrevida. Beszos a todos.
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ResponderEliminarLas mañanas y las tardes eran demasiado largas sin ella, demasiado llenas de ruidos que nunca decían nada.
ResponderEliminarHabía venido la lluvia empapándolo todo: las calles, las aceras y aquel rincón que sólo ella conocía.
Porque a sólo ella, le abrió los recovecos de la soledad, para que los inundara con su luz.
Se dio cuenta que sin ella, nada era suyo…
Aquella maleta estaba llena de los olores, que hasta aquel día habían sido su casa. Al cerrarla se le cayeron dentro trocitos secos del corazón.
Quiso entregársela, lo intentó.
Pero la dejó en aquella ráfaga de sol…para ver si florecía de nuevo.
touché!
ResponderEliminarPreciosa historia
Yo por mí, ni bragas.
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