¿Hay vida antes del primer café, ese amigo "despierta existencias" que me acompaña por la mañana cuando quiere amanecer, pero aún no puede, mientras todos duermen?
Qué bonito sería si fuera eterno ese momento . Ese primer sorbo de café con leche tan reconfortante directo a mi sistema nervioso.
Y todo este inmenso placer se lo debemos al descubrimiento de unas cabras: la leyenda más graciosa, extendida y romántica acerca del descubrimiento del café es la que nos relata como un pastor abisinio se dio cuenta de que sus cabras estaban algo excitadas, contentas , saltarinas, con una extraña energia y tenían pocas ganas de dormir, así que las siguió monte arriba y comprobó que estos efectos aparecían justo después de comer un arbusto con bayas rojas , un arbusto que crecía salvaje por aquellas tierras. Todo esto hace más de 1000 años.
Estas cabras tan listas, que nunca han tenido reparos para comerse los hierbajos del campo son a las que tenemos que estar agradecidos, que por otro lado no esta nada reconocida su contribución a este descubrimiento que mejora la vida de tantas personas en el mundo desde horas bien tempranas.
Yo les doy las gracias y las invito a que sigan comieno lo que pillen , a ver qué otra cosa buena nos pueden contar.