24.9.08

Homenaje




Todo se ha ido convirtiendo poco a poco en un homenaje pero no me dí cuenta hasta que no había pasado bastante tiempo.

Tras su muerte apareció un universo de objetos de deseo, intocables.Tenía muchas ganas de ponerme en contacto con todo aquello que no me había pertenecido jamás, que había sido y seguía siendo de mi padre .Quedé atrapada entonce en la idea de ser una usurpadora , una ladrona de su alma, pues en vida eran objetos digamos casi sagrados, impensable tocarlos , ni siquiera mirarlos con deseo ,y cuando extendí la mano hacia ellos pensaba muy dudosamente si aquello realmente podía hacerlo , aunque fuera su hija, y, aunque algún hermano me animara a llevármelo de recuerdo.
Todo andaba amontonado, cuidadosamente desordenado,con el mismo cuidado con que los cogí de su propio estudio: papeles de distintos clases y tamaños, tablas, pinceles, óleos, tintas, acrílicos... Cada objeto que ha sido recolocado en mi estudio con ilusión pasa a recordarme multitud de momentos desde que era pequeña y me paraliza de emoción, tanto que lo que soñé que podría hacer con ellos al cogerlos me sobrecoge ahora. Estuvieron bastante tiempo sin usar.Simplemente los admiraba.Los adoraba.

Llegó el verano y Ordené el estudio.
Más tarde llegó el día que los usé.
El día que cogí los oleos, los pinceles, el caballete y una bolsa con trapos y aguarrás.
El campo, un paisaje, una piedra para sentarme debajo de un árbol ,y llegó el segundo día, y el tercero y el cuarto.
Entonces me sentí como él seguramente se sentiría en tantos sitios donde viajó y se sentó a pintar, sin ánimo de compararme en nada más. Empecé a pensar que era lo mejor que podía haber hecho con ellos, empecé a creer que podía disfrutar , que estaban allí para empujarme y abrir la puerta cerrada tantos años.

Ahora siento vida en ellos y me siento muy viva con ellos y homenajeo la vida de mi padre cada vez que puedo escapando a un paisaje durante horas.
Y así es como me gusta recordarlo, en la intimidad de estos momentos.